La tecnología ha impactado todos los
escenarios de nuestra vida, y la educación no es la excepción. ¿O es eso? En
cierto modo, la educación parece muy parecida a la que ha sido durante muchos
años. Una ilustración del siglo XIV de Laurentius de Voltolina representa una
conferencia universitaria en la Italia medieval. La escena es fácilmente
reconocible debido a sus paralelos con los tiempos modernos. La maestra da
clases desde un podio al frente de la sala mientras los estudiantes se sientan
en filas y escuchan.
Algunos de los estudiantes tienen
libros abiertos frente a ellos y parecen seguirlos, unos pocos parecen
aburridos. Algunos están hablando con sus vecinos. Uno parece estar durmiendo.
Las aulas de hoy no se ven muy diferentes, aunque puede encontrar estudiantes
modernos mirando sus computadoras portátiles, tabletas o teléfonos inteligentes
en lugar de libros (aunque probablemente estén abiertos a Facebook). Un cínico
diría que la tecnología no ha hecho nada para cambiar la educación.
Sin embargo, en muchos sentidos, la
tecnología ha cambiado profundamente la educación. Por un lado, la tecnología
ha ampliado enormemente el acceso a la educación. En la época medieval, los
libros eran raros y solo unos pocos de élite tenían acceso a oportunidades
educativas. Las personas tenían que viajar a centros de aprendizaje para
obtener una educación. Hoy en día, grandes cantidades de información (libros,
audio, imágenes, videos) están disponibles al alcance de la mano a través de
Internet, y las oportunidades de aprendizaje formal están disponibles en línea
en todo el mundo a través de la Academia Khan, MOOC, podcasts, programas
tradicionales de grado en línea y más. El acceso a las oportunidades de
aprendizaje hoy en día no tiene precedentes gracias a la tecnología.
Las oportunidades de comunicación y
colaboración también se han ampliado mediante la tecnología. Tradicionalmente,
las aulas han estado relativamente aisladas y la colaboración se ha limitado a
otros estudiantes en la misma aula o edificio. Hoy en día, la tecnología
permite formas de comunicación y colaboración nunca antes soñadas. Los
estudiantes en un salón de clases en las zonas rurales de EE. UU., Por ejemplo,
pueden aprender sobre el Ártico siguiendo la expedición de un equipo de
científicos de la región, leer publicaciones en el blog de los científicos, ver
fotos, enviar preguntas por correo electrónico a los científicos e incluso
hablar convivir con los científicos a través de una videoconferencia. Los
estudiantes pueden compartir lo que están aprendiendo con los estudiantes en
otras aulas en otros estados que están siguiendo la misma expedición. Los
estudiantes pueden colaborar en proyectos grupales utilizando herramientas tecnológicas
como wikis y documentos de Google. Las paredes de las aulas ya no son una
barrera, ya que la tecnología permite nuevas formas de aprender, comunicarse y
trabajar en colaboración.
La tecnología también ha comenzado a
cambiar los roles de maestros y alumnos. En el aula tradicional, como lo que
vemos representado en la ilustración de De Voltolina, el maestro es la
principal fuente de información y los alumnos la reciben pasivamente. Este
modelo del maestro como el "sabio en el escenario" ha estado en la
educación durante mucho tiempo, y todavía es muy evidente en la actualidad. Sin
embargo, debido al acceso a la información y a la oportunidad educativa que la
tecnología ha permitido, en muchas aulas de hoy vemos que el papel del maestro
cambia a la "guía lateral" a medida que los estudiantes asumen más
responsabilidad de su propio aprendizaje utilizando la tecnología para
recopilar información relevante. Las escuelas y universidades de todo el país
están comenzando a rediseñar los espacios de aprendizaje para permitir este
nuevo modelo de educación, fomentar una mayor interacción y trabajo en grupos
pequeños, y utilizar la tecnología como facilitador.
La tecnología es una herramienta
poderosa que puede apoyar y transformar la educación de muchas maneras, desde
facilitar a los maestros la creación de materiales educativos hasta permitir
nuevas formas para que las personas aprendan y trabajen juntas. Con el alcance
mundial de Internet y la ubicuidad de los dispositivos inteligentes que pueden
conectarse a él, está surgiendo una nueva era en cualquier momento y en
cualquier lugar donde la educación esté surgiendo. Dependerá de los diseñadores
de instrucción y las tecnologías educativas aprovechar al máximo las
oportunidades que brinda la tecnología para cambiar la educación, de modo que
la educación efectiva y eficiente esté disponible para todos en todas partes.